Fue hace 20 años que un grupo de latinos de Dallas empezó a promover a construcción de un centro cultural. Fue inaugurado en septiembre del 2003.
Desde entonces más de 270,000 personas han pasado por sus puertas para ver exhibiciones, asistir a funciones de teatro y conferencias o para participar en talleres.
Con su torre morada erigiéndose sobre el sector, sus muros de terracota y techos angulares, el centro cultural se ha convertido en una de las joyas arquitectónicas y puntos de referencia de la ciudad.
Más de 28,700 personas visitaron el centro en el año fiscal 2011-12, y está en camino a alcanzar la marca de 30,000 este año.
El viernes unas 300 personas asistieron a un evento de gala para reunir fondos con motivo del décimo aniversario, y otras 2,000 asistieron a un festival comunitario el sábado.
El futuro luce brillante para el centro cultural, y parece haber librado bien la reciente recesión económica.
"La programación va bien, y nuestras alianzas con otros grupos comunitarios latinos también están funcionando bien", dijo Benjamín Espino, gerente del centro cultural en los últimos dos años.
Probablemente ya es hora de entrar a la fase II, consideró Espino.
El terreno adyacente ya fue comprado, pero hace falta alguien que se haga cargo de una nueva campaña para juntar un capital semilla para la expansión.
La ex administradora municipal de Dallas Mary Suhm, quien dirigió el diseño y construcción del centro de principio a fin cuando era administradora asistente, dijo que el espacio con que cuenta actualmente "ya no es adecuado" y espera poder ayudar a hacerlo más grande algún día.
"Para la fase II se necesita otro programa de bonos", dijo. "Pero primero necesitará dinero privado", como tantos otros espacios culturales y públicos recientes en Dallas.
Ella sabía que el centro crecería hasta requerir más espacio, así como rebasó sus propios planes originales poco después de que los electores de Dallas aprobaron un paquete de bonos en 1995 que incluía $3.4 millones para el centro.
"Se había fijado una meta demasiado baja", dijo Suhm. "La visión no era la correcta".
Eventualmente el precio marcado ascendió a $9.8 millones, contando aportaciones privadas adicionales procuradas por un pequeño comité de recaudación, co-presidido por Joe Alcantar la mecenas de las artes en Dallas Dolores Barzune.
El dinero adicional fue destinado a construir un espacio más amplio y versátil diseñado por el arquitecto mexicano Ricardo Legorreta, fallecido en el 2011.
Ahora se necesita un nuevo líder para que retome el proyecto donde los primeros lo dejaron.
"Sé que en algún momento se convertirá en la pasión de alguien", dijo Suhm, quienes con frecuencia es vista asistir a eventos en el centro.
"Espero verlo y me encantaría ser de ayuda".
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