Enfermeras del hospital de Dallas donde un hombre de Liberia murió de ébola hablaron de una respuesta confusa y caótica a su llegada a la sala de urgencias, declarando en un comunicado difundido el martes que el paciente permaneció horas en una sala con otros pacientes y que los responsables del hospital se resistieron a aislarlo.
Además, dijeron, las enfermeras que lo atendieron portaban un endeble equipo de protección y no recibieron capacitación adecuada por parte del hospital.
Hechos en circunstancias inusuales, los señalamientos dan el primer recuento detallado de la segunda visita de Thomas Eric Duncan a la sala de urgencias, a donde llegó en ambulancia días después de que los médicos lo habían devuelto a casa con fiebre, dolor de cabeza, dolor abdominal y una receta de antibióticos.
Las declaraciones fueron hechas el martes en una conferencia telefónica con reporteros en que ninguna de las enfermeras del Texas Health Presbyterian Hospital habló o fue identificada ante los medios.
Deborah Burger, copresidenta de Enfermeras Nacionales Unidas, leyó un comunicado que contenía una letanía de aseveraciones condenatorias.
La organización con sede en Oakland no representa a las enfermeras de Dallas, quienes no están sindicalizadas, pero se ha manifestado abiertamente sobre cómo han fallado los hospitales en prepararse para el ébola.
Las enfermeras de Dallas pidieron a Enfermeras Nacionales Unidas leer su declaración para poder ventilar sus quejas anónimamente y sin miedo a perder su empleo, dijo RoseAnn DeMoro, directora ejecutiva del sindicato, desde Oakland, California.
DeMoro rehusó decir cuántas enfermeras habían firmado la declaración o cuántas estuvieron en la conferencia con los medios, pero aseguró que todas trabajan en el Presbyterian y que habían participado en el cuidado a Duncan o tenían conocimiento directo de lo que ocurrió tras llegar en ambulancia.
Las enfermeras sintieron la necesidad de pronunciarse a raíz de que su colega, la enfermera registrada Nina Pham, de 26 años, contrajo el ébola mientras atendía a Duncan, según DeMoro.
Una segunda enfermera también contrajo el virus, se anunció el miércoles.
A las enfermeras les molestó lo que interpretaron como insinuación de las autoridades de salud de que Pham había cometido un error que derivó en su exposición al virus, el cual ha cobrado la vida de más de 4,400 personas en África Occidental desde marzo.
En su declaración las enfermeras precisan que cuando Duncan fue trasladado al Presbyterian en ambulancia el 28 de septiembre con síntomas de infección de ébola, "fue dejado varias horas, no en aislamiento, (sino) en un área" donde había hasta siete pacientes más.
"Posteriormente llegó un supervisor de enfermería y ordenó que fuera puesto en una unidad de confinamiento, pero enfrentó una fuerte resistencia de otros funcionarios del hospital", dijeron.
Las muestras de laboratorio de Duncan fueron enviadas a través del sistema de tubos que se acostumbra usar en el hospital, "sin haber sido selladas específicamente y entregadas personalmente. El resultado es que todo el sistema de tubos.... posiblemente quedó contaminado", dijeron.
La declaración refleja un hospital sin un protoclo claro sobre cómo tratar a los enfermos de ébola a pesar de meses de alertas de los Centros de Control y Prevención de Enfermdades (CDC) en Atlanta sobre la posibilidad de que el ébola llegara a Estados Unidos.
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