La temporada de las manzanas está en su apogeo. Pensar que antes teníamos que contentarnos con un repertorio muy limitado: Red Delicious, Golden Delicious, Granny Smith y Macintosh; y se acabó.
Pero ahora, gracias a productores aventurados y el resurgimiento de toda suerte de variedades de manzana, hay una infinidad de opciones.
Esta abundancia prácticamente hace necesario preparar el relleno de esta tarta de manzana horneada con varias manzanas diferentes en vez de una sola.
Solo no olvides probar las candidatas antes de empezar a cocerlas para tener una idea de lo que cada una va a aportar a la mesa.
¿Sabe a miel? ¿Es agria? ¿Intensa? ¿Sabe como a vino? Cuando lo sepas, podrás componer tu propio surtido.
De hecho, si tienes tiempo, deberías cocer cada variedad por separado, y luego probarla, porque el sabor y la textura de una manzana puede variar bastante una vez cocida.
A las manzanas les añadí chabacano (albaricoque, apricot) para darles contraste. Me gusta la acidez del chabacano seco, especialmente el de California.
El chabacano turco (la otra opción) es algo dulce, no tan brillante ni soleado.
O si prefieres otro tipo de fruta seca, ya sean cerezas, pasas, arándano o ciruela, puedes usarla en lugar del chabacano.
Los únicos otros sabores del relleno son azúcar y jugo de limón amarillo. Tal vez tengas que ajustar las cantidades de estos dos ingredientes dependiendo de lo dulce de las manzanas.
Esta es una receta para quienes no son muy buenos con la repostería. En vez de masa de pay, la hicimos con pan francés (french toast). Hasta los niños lo pueden hacer.
Probar esta receta fue toda un lección para mí.
Descubrí que si no horneaba la mezcla de manzana/chabacano lo suficiente antes de ponerle la cubierta de pan francés, la manzana no se ponía tierna ni soltaba el jugo.
Pronto recordé lo que es cocer champiñones, que son tan secos que se pegan al sartén en cuanto uno los echa.
Pero un par de minutos después, las compuertas se abren y sale el líquido.
Para esta receta, debes probar qué tan tiernas están las manzanas horneadas perforándolas con un cuchillo de pelar, y ver si hay jugo en el sartén.
Entonces las puedes cubrir con el pan remojado.
Por último, yo catalogué esta receta como postre, pero igual puede servir como desayuno-almuerzo para sábados o domingos.
TARTA DE MANZANA Y CHABACANO
Tiempo de preparación: 1 hora 25 minutos (20 minutos de actividad)
Porciones: 6
3 a 4 manzanas peladas, descorazonadas, cortadas en cuartos y en rebanadas de 1/4 pulgada (6 tazas)
1/3 taza más 1 cucharada de azúcar, en partes
1/2 taza de chabacano seco, finamente picado
1 cucharada de jugo de limón
2 huevos grandes, ligeramente batidos
1/3 taza de leche baja en grasa
2 cucharaditas de extracto de vainilla
4 rebanadas de pan de trigo integral, sin orillas, cortadas a la mitad
Yogurt de vainilla bajo en grasa, congelado (opcional)
Calentar el horno a 400 F.
En un plato para hornear cuadrado de 8 pulgadas, revolver la manzana con 1/3 taza de azúcar, el chabacano y el jugo de limón. Cubrirlo con papel aluminio y hornear en la parrilla de en medio del horno durante 35 minutos.
Mientras tanto, en un tazón mediano, batir los huevos, la leche y el extracto de vainilla.
Cuando la manzana se haya horneado, quitarle el papel aluminio.
Sumergir las mitades de pan en la mezcla de huevo y acomodarlas en una sola capa sobre la manzana, cortando el pan según sea necesario para cubrir toda la tarta.
Si queda algo de huevo, verterlo sobre el pan. Esparcirle la cucharada de azúcar restante, y hornearla otros 15 a 20 minutos.
Servirla con un poco de yogurt congelado (opcional).
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