Ciudad de México -- Fue inesperado. Tras asumir la presidencia de Guatemala, Otto Pérez Molina acaparó la atención internacional al declarar que propondría la despenalización del tráfico de drogas con otros líderes.
Semanas después, el vicepresidente estadounidense Joe Biden visitó a presidentes latinoamericanos, hubo más reuniones entre mandatarios regionales y discusiones en la Cumbre de las Américas. Casi al cerrar el año, electores en Estados Unidos votaron a favor de legalizar la marihuana para uso recreativo en Colorado y Washington y algunos gobernantes latinoamericanos hicieron un llamado a analizar el impacto que esto tenía en una nueva estrategia frente a las drogas.
El 2012 fue un año en el que el debate en torno a la legalización de la marihuana y otras drogas fue planteado formalmente por dirigentes destacados.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos ha exigido un nuevo consenso internacional para reformar la estrategia contra las drogas que incluya el debate de la legalización.
El ex presidente de México Felipe Calderón, antes de dejar el poder el 1 de diciembre, llamó a la Organización de Estados Americanos a analizar implicaciones y el impacto que tendrán en la región los casos recientes de legalización de marihuana en Estados Unidos. Y el presidente que asumió el poder este mes, Enrique Peña Nieto, ha dicho que aunque él esté en contra de la legalización, los votos en Colorado yWashington genera "incongruencia" y "conflicto" en México y otros países. Propone también abrir el debate.
"Lo que parecía impensable está ahora siendo discutido a la luz del día. América Latina está hablando de drogas porque la realidad lo impone", escribieron ex mandatarios de tres países: Fernando Cardoso, de Brasil; César Gaviria, de Colombia, y Ernesto Zedillo, de México.
Estos ex presidentes felicitaron a los actuales presidentes de Colombia, Guatemala y Costa Rica por su disposición a debatir el tema y recomendaron despenalizar el consumo.
"La resonancia de sus argumentos terminó con el tabú que por tanto tiempo ha impedido la búsqueda de otros caminos", informa el texto.
El combate a los cárteles ha dejado decenas de miles muertos en los últimos seis años en México, ha sobrepoblado prisiones por toda la región y ha influenciado elecciones y debilitado democracias. Las ofensivas contra los traficantes en Colombia y México han trasladado las actividades de narcotraficantes a países centroamericanos como Honduras, El Salvador y Guatemala, cuyos índices de homicidios están entre los más altos del mundo.
La presión que ejerce Estados Unidos sobre el hemisferio ha sido un factor importante. Algunos analistas consideran que si bien no quieren afectar sus relaciones con Washington, los líderes latinoamericanos, ante las decenas de miles de homicidios en sus países, empiezan a hacerse cargo de la agenda.
"Era Estados Unidos quien realmente dominaba la política de las drogas. Era Estados Unidos quien determinaba los estándares y objetivos y gastaba mucho dinero en pagarle a los países para reconstruir sus policías", dijo Peter Hakim, miembro del centro de estudios Diálogo Interamericano con sede en Washington D.C. "Los latinoamericanos comenzaron a desempeñar un papel más activo".